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Sentarte en tu silla de oficina y no morir en el intento. Parte 1

« Volver al listado | 01 de Febrero de 2017

Hace pocos años realmente era difícil que una silla de oficina se adaptara perfectamente a la anatomía de todas las personas.

Se trata de un producto complejo. Debe cumplir una estética agradable, un nivel de confort y al mismo tiempo cuidar nuestra delicada columna vertebral.

El cómodo sofá de nuestra casa o el ergonómico asiento de nuestro coche, lo vamos a disfrutar unas pocas horas al día. La silla de trabajo va a ser nuestra compañera al menos durante 8 horas al día. De su diseño, va a depender algo tan importante como la salud de nuestra espalda y una parte del rendimiento en nuestro puesto de trabajo.

Han pasado muchas cosas desde que salieron las primeras sillas con sólo 4 ruedas, construidas de acero o madera, pero la auténtica revolución sucedió hace pocos años, cuando algún ergonomista se hizo un planteamiento muy sencillo. Hasta ese momento eran las espaldas de las personas las que en mayor o menor medida debían adaptarse a la silla. Esto hacía que esa adaptación se produjera a veces con resultados óptimos y otros desafortunados. 

El objetivo era que las sillas se adaptasen a las personas  y no al contrario.  Con la evolución de los tejidos actuales, se podía conseguir. Para ello se debía disponer de un material blando pero con la dureza suficiente, capaz de mantener una tensión constante pero elástico, un compuesto que no sufriera dilataciones permanentes, es decir, sin memoria. Que permitiera la transpiración y que estéticamente fuera agradable. Así se llega a los respaldos de mallas técnicas actuales. Respaldos que disponen de varios ajustes iniciales,  que luego nos garantizan el perfecto apoyo de nuestra espalda. Mecanismos que estiman nuestro peso y, automáticamente, disponen la silla para nuestra máxima comodidad y salud en el puesto de trabajo. Todo esto se ha conseguido gracias a la evolución de estos tejidos, materiales y estudios. Por supuesto, como en todo, hay calidades, productos que de verdad lo cumplen y burdas imitaciones.  Hoy, podemos decir que gracias a su estandarización el precio no es mas alto que otras opciones y afirmar que gracias a estos avances disfrutaremos mas de nuestro puesto de trabajo.

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